VISITANTE N°

viernes, 9 de enero de 2009

CASCADA VALENCIA: UN ESPACIO ESPECIAL DE LA SIERRA: por, Gonzalo Molina Arrieta

PRIMERA PARTE
Con dos canciones vallenatas y varias de Arjona que invaden mi cotidianidad, unas cuantas ideas filosóficas para amasar en su valor práctico, un manojo de poesías que se aferran y deshacen con el tiempo hecho memoria, y un grupo de amigos de Bogotá y Barranquilla, nos fuimos a vivir los primeros días del año a quebrada valencia. Una esplendorosa reserva natural de la sociedad civil, que intenta mantenerse en medio de la abrumadora necesidad de buscar plata que cada día se incrementa con el consumismo exagerado que permea nuestro existir.
La verdad sabía que partiría de la ciudad, pero la ruta de los primeros días del nuevo año nunca estuvo definida; se cruzaron como siempre muchas propuestas de los amigos, los primos del pueblo que siempre llaman para estas temporadas y se me atravesaron las múltiples emociones que embargan a todo ser humano cuando se aleja de de lo que quiere.
Una vez más el pensar y el sentir se divorcian para encontrar una ruta que los aleje- para acercarlos tal vez- a lo que realmente se quiere y no se puede; entonces define un poco el azar, un poco la razón, un poco la emoción, y hasta la seducción por lo desconocido. Tal vez uno se aleja buscando esa ausencia, por tanta basura absurda, de tanta vaguedad inescrupulosa, de tanta ficción barata, que nos venden los medios, los vecinos y hasta la familia, envueltos en la rutina de lo que debe ser un fin de año, de lo que es una parranda, de lo que es una comida, de lo que es un amigo y hasta de lo que debe ser uno mismo.
LA RUTA
Nos citamos en un paradero de buses casi pirata, porque aunque diga oficialmente el nombre de la empresa, las condiciones infraestructurales no dejan otra cosa más que llamarlos así; Oficialmente piratas.
Pero la partida no estuvo a la hora prevista porque siempre juegan más las nuevas cosas que aparecen vivas que las previstas que una vez las prevees las matas. Y como siempre no falto quien no se cabreara porque la hora acordada no se había cumplido. Como si la realidad dependiera del reloj que ficticiamente nos da una hora, uno minutos y hasta segundos que un día alguien decidió llamar así para manejar nuestras mentes, ya cronometricas.
Antes de partir, surgió lo imprevisto,- hay un amigo, es Scout, quiere ir, hay que esperarlo- Esperemoslo. Que trajeron de comer, nadie trajo verduras, puros panes y enlatados, eso no sirve- vamos a la tienda a comprar verduras, solo llevemos lo que No se encuentra en la comunidad, lo que No produce la tribu- pero llevemos agua y nos embarcamos con un vidón de agua, pa´donde el agua es pura y cristalina. Que absurdos, pero real.

EL VIAJE: regateado en los pasajes, pues siempre es bueno regatear cuando uno sabe que los cobradores se aprovechan del turista y sobre todo si es temporada alta. En fin, partimos y no faltó el trancón, el vendedor ambulante, el policía que revisa que todo esta incorrecto, y tampoco faltó quien recordara y se atormentara porque... Se me quedó la linterna de manos... Que vainas.
LA LLEGADA: como toda llegada emocionados por lo desconocido, a caminar para llegar a la tribu valencia, expectativas mil, sendero de florecidas matas de Heliconias, Ginger, Caracolies, quebrachos, mestre, bien desarrollados como es su naturaleza; un hermoso barbado Pivijay, bambúes acariciando una corriente de aguas cristalinas, estaban en el camino hasta que encontramos un aviso que decía “Chocolate orgánico”
Ahí hay que desviar llegamos donde ALEX.

Todo un personaje, habla varios idiomas, canta y toca guitarra excelentemente, se recorre la música colombiana y amerindia con propiedad; desde la trova cubana, hasta la música andina, nos recibió con gran afecto, de inmediato puso una olla de chocolate, y paso a presentarnos al resto de visitantes que tenía en casa, el flaco y el negro de gafas, Uruguayos que venían de Ecuador, Tiago de Brasil que llegaba desde Bolivia, un austriaco, que veía de Centro América, una alemana, tres argentinas… y otros tantos europeos. Todos tratando de conocer el continente y nosotros sólo intentando explorar nuestra costa, que ironía.

EL SITIO: una delas primeras terzas taironas, dos ranchos grandes, uno que es cocina y centro de la actividad gastronómica, astronómica, astrológica, lógica, ilógica, musical, poetica, que concita vida - muerte, local- astral-cultural-natural. Concurren a él, quien tenga hambre gástrica y del saber, quien quiera hablar paja, buena paja, del tema que sea, sin importar cultura, pero con gran respeto a los conceptos que utilizas. ahí se es claro en precisar que la clave está en utilizar correctamente los conceptos y respetar el idioma que utilizas par trasmitir las ideas.
CONTINURA... CUANDO, NO SE, CUANDO ME DEN NUEVAMENTE GANAS DE CHUCEAR ESTE APARATO.
PARTE DOS: LA QUEBRADA.
La quebrada debe su nombre a un señor de apellido Valencia que para dormir guindaba su hamaca bajo el puente de la troncal de occidente que atraviesa la quebrada, este fue arrastrado por una creciente súbita y jamás se encontraron sus restos.
Esta es una quebrada con múltiples cascadas, con hermosas piedras grises que dan un color bien definido al espacio y hace resaltar el claro cristalino de los chorros de agua que se precipitan con gran fuerza desde arriba de la montaña.
Al recorrer, explorar y contemplar atractivos naturales como estos durante 10 días seguidos, no queda más que preguntarse por qué teniendo tantas bellezas naturales en este país, nos morimos encerrados, aburridos del abrumador gris de las contaminadas ciudades, y porque tantos colombianos pasan sus vidas en el barrio, en la casa donde nació y creció. Algo habrá de razón en lo que decía mi abuela Pacha: viaja pa´ que conozcas… Huf, a ese como que le enterraron el ombligo en el pueblo.

Noche de chocolates orgánicos: Una de las experiencias significativas, entre muchas, fue la de aprender a hacer chocolate orgánico, cero químico, totalmente natural.
En el otro rancho, “el primitivo”, construido al pie de un Caracolí, es el rancho para dormir y alrededor de él está establecida la zona de camping y hamacas. También está una gran mesa y una hornilla para tostar y procesar el cacao que luego termina hecho chocolate.
Pudimos entre 5 en una noche hacer 130 pastas de chocolate, y otro tanto se hizo de chocolatinas. El proceso no es difícil; se hace todo manual, se empieza tostando el cacao, se descacara, luego moler, volver a moler, amasar, calentarlo para modelar, embazarlo, plastificarlo y por último sellarlo. Lo más importante aquí no es solo el proceso si no el trabajo comunitario mismo, el espacio de conversaciones espontaneas que se desarrolla durante la faena, propia del trabajo en areas rurales porque en la ciudad, mientras trabajas en la fabrica si hablas estas distrayendo al agente. Pero no es solo eso había dos o tres personas que sacaban melodías a guitarras, un tambor, una corneta de juguete y hasta un cuerno, mientras nosotros moliamos o tostábamos. Ese ambiente es el que creó hizo muy especial el aprendizaje y el trabajo que realizamos durante esa noche de chocolates.

1 comentario:

nitxxilaura dijo...

Me gusta mucho la sierra nevada o por lo menos como se ve en las fotos me hubiera gustado ir.. pero creo que aun asi devió ser dificil el recorrido. saludos al grupo paradigmas!